José M. Domínguez (click para ver en web del medio) |
El Valencia supera en todo al conjunto blanquiverde y resuelve la cotienda en el primer tiempo
¡Qué duro está siendo el calendario con el Córdoba! Dos
puntos de quince posibles. Ése es el resumen de cinco jornadas en las
que los blanquiverdes han hincado la rodilla ante el Real Madrid y dos
de los colíderes -Sevilla y Valencia-. Porque tampoco hubo milagro en Mestalla,
donde los goles de Alcácer y Gayá sentenciaron en el primer tiempo un
partido que pocos en el bando visitante soñaron con ganar. Feghouli, en
la segunda mitad, firmaría el tercero para hacer justicia a la inmensa
distancia que separa a los dos equipos; al primer clasificado y al
último.
Revolucionó su once inicial el técnico blanquiverde, que no podía contar con su estrella, Fede Cartabia. Reforzó el centro del campo
para medirse al Valencia Ferrer, aunque sin éxito. Abel y López Garai
se verían siempre superados por Dani Parejo, André Gomes y Javi Fuego.
En el nuevo sistema, tuvo que adelantar su posición Fausto Rossi, que
sufrió en el enganche, donde debía recibir de espaldas y rara vez podría
conectar con los extremos, Fede Vico y Borja. En punta, Ghilas trataría
de sacar petróleo de cada incómodo balón que caía cerca de sus
dominios.
El partido no deparó ninguna sorpresa. Ni siquiera supuso
el punto y final a los tan temidos titubeos iniciales de los califales.
Ya no estaba Pantic, pero volvieron a temblar las piernas a los Gunino,
Bouzón y compañía. Y, como ya lo hiciese el Sevilla, estuvo a punto de
aprovecharlo el Valencia, que se pudo adelantar en los primeros
compases. Lo hizo, en cambio, en el 21', gracias a un precioso cabezazo de Paco Alcácer.
De nuevo a remolque. Al Córdoba, que hasta entonces se
movía en tierra de nadie, le tocaba dar un pasito adelante, abrir sus
líneas para al menos pisar el campo rival. La consecuencia inmediata fue
la diana de Gayá, un 2-0 que enfriaría el choque cuando ni siquera había transcurrido media hora de juego.
Sólo al filo del descanso pisaron los blanquiverdes el área valencianista. Ghilas se revolvió
y coló un disparo entre una selva de piernas. De algún modo, el
cuero llegó hasta la portería de Diego Alves, donde se encontró con la
puntera del guardameta local.
El segundo tiempo sobró, especialmente a los blanquiverdes.
Nuno Espirito Santo dosificó a sus titulares. Piatti y Gayá, el tándem
que amargó la noche a Gunino, dejó su sitio a Carles gil y Orbán. Ferrer
apostó por Matos, Havenaar y Fidel. No le quedaba otra, pero ya nada
funcionaría. De hecho, el Valencia siguió a lo suyo. Las ocasiones
siempre caían sobre la meta de Juan Carlos, que respondió a un gran
remate de Otamendi, pero no pudo hacer nada para evitar el tercer tanto, obra de Feghouli.
Fiesta en Valencia para celebrar el liderato -la goleada
permitía a los blanquinegros superar a Barcelona y Sevilla, que también
suman 13 puntos-. Y preocupación en las filas califales antes de
comenzar, por fin, la que se supone que es «su liga». Quizás sea esa la
lectura más negativa: a la moral del Córdoba le están pasando factura los resultados
de este durísimo arranque.
En Mestalla, no saltó al césped, sino al
matadero. Las sensaciones del Bernabéu ya son historia. La buena imagen
del segundo tiempo frente al Celta, también. Deberá recuperarlo todo
cuanto antes -el domingo recibe al Espanyol- el conjunto de Albert
Ferrer, que carece de confianza, autoestima, juego y, sobre todo,
puntos. La clasificación dice que es el peor equipo de Primera, el único
que todavía no ha ganado.
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